El mundo se paraliza pues el mundial de futbol, ese evento astronómico que sucede cada cuatro años en el planeta tierra (y tal vez en sus inmediaciones también) arrasa con cualquier tipo de capacidad de planificación a largo plazo que se pueda tener. Nostradamus no llego a comprender que el fin del mundo es ese día en que el equipo nacional concluye su participación en el mundial, sea perdiéndolo, sea ganándolo. En este último caso, el fin del mundo llega una semana después.
Harto ya de las publicidades en el celular, de las promociones, de las ofertas y de las arengas comerciales, aunque valga decir que también suman a la cuestión y las ganas de ir al trabajo con la colorada puesta es una tentación inmensa. En esta época pienso en llamar a una buena empresa de reformas en Madrid y poner en mi apartamento dos porterías, y no moverme más que de una a la otra.
Sin embargo este fenómeno pareec que no detiene tanto el mundo como creía y me puedo enfrascar leyendo el periódico y encontrar que Google sigue siendo vedado en algunos países, que el iphone tiene desventajas para los zurdos, que el roaming en la UE baja sus costos y Blackberry ya es una preferencia para el 60% de los abonados. El mundo seguía, y cada vez menos países permanecen fuera de él. Por suerte, España, es uno de los ocho colgados.
Harto ya de las publicidades en el celular, de las promociones, de las ofertas y de las arengas comerciales, aunque valga decir que también suman a la cuestión y las ganas de ir al trabajo con la colorada puesta es una tentación inmensa. En esta época pienso en llamar a una buena empresa de reformas en Madrid y poner en mi apartamento dos porterías, y no moverme más que de una a la otra.
Sin embargo este fenómeno pareec que no detiene tanto el mundo como creía y me puedo enfrascar leyendo el periódico y encontrar que Google sigue siendo vedado en algunos países, que el iphone tiene desventajas para los zurdos, que el roaming en la UE baja sus costos y Blackberry ya es una preferencia para el 60% de los abonados. El mundo seguía, y cada vez menos países permanecen fuera de él. Por suerte, España, es uno de los ocho colgados.
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