jueves, 24 de junio de 2010

Los suministros industriales textiles para máquinas que simulan fallos artesanales

Si vieran nuestras grandes máquinas navieras en Galicia, o nuestros proveedores de suministros industriales en Barcelona, con el hábito que las industrias pesadas aquí generan, las sutilezas que se le andan pidiendo a las maquinarias allá por las tierras de la pasta y la mandolina. En Milán se ha dado cita la cúpula de la industria textil italiana para definir producciones de acuerdo a las exigencias de los diseñadores.

   Según de ha dejado ver en la industria textil y de la moda en estos últimos días, y siguiendo una tendencia de naturalidad y localismo que comienza a surgir en la cultura alrededor del globo (con su cercana revitalización de la cultura de la artesanía), lo que se le exige hoy a los textiles es el tratado de telas delicadas con la naturalidad del hecho-a-mano. La máquina deberá aprender a equivocarse.

   Texturas, imperfecciones y la posibilidad de variables aleatorias irrepetibles dentro de lo que representa la producción de telas y asímismo la producción textil; borrar la mano de la reproductibilidad característica (y tan preciada hace tan pocas décadas que haría de este rquisito actual un elemento increíble) es lo que hoy se le pide a quienes diseñan las máquinas que producen las ropas de los diseñadores más destacados.

   La naturalidad sobre todas las cosas, entendida desde la máquina hecha para borrar cualquier naturalidad posible.

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