jueves, 24 de junio de 2010

Mascotas y coches: los sistemas de lavado no son lo más preocupante del caso

No sólo la cuestión de los sistemas de lavados de coches debería preocupar a los dueños de mascotas que viajan y llevan de aquí para allá a esas adorables pero menudas fábricas de soltar pelo; sino que según los números lanzados por las estadísticas, más del 70% de los españoles en esta posición desconocen por completo las normas que vigilan las posibilidades de llevar mascotas en los coches.

   Una de las causas de esta situación es precisamente el hecho de que las normas de vialidad que regulan esta situación son bastante vagas y poco especifican al respecto. Sin embargo sí existen algunas cuestiones para tener en cuenta a la hora de tener un perro en el auto; por ejemplo el hecho de que, de haber otros objetos en el mismo, deberá preverse que estos no se interpongan entre uno y otro, ya que un manotazo a tiempo, por ejemplo, a un perro que se asoma a una ventanilla, será suficiente para evitar un descuido mayor y perder por ello el control del coche.

   La cuestión también es tener un animal suelto dentro del coche. Vale, no lo podemos atar; pero debemos tener en consideración que un perro de unos 20 kilogramos en un coche que avanza a 50 km/h representará un impacto de 700 kilos sobre cualquiera de los ocupantes en caso de choque; además de la posibilidad de que la misma masa puede salir eyectada por el parabrisas, lejos de cualquier atadura y cinturón de seguridad, y representar un peligro considerable para el resto de la gente en la avenida.

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