lunes, 31 de mayo de 2010

Reformas de interiores como expresiones culturales del espacio

Hace poco tuve la oportu idad de estar de viaje por Uruguay, y es sorprendente ver cómo existen diferencias tan notorias y a la vez tan sutiles entre los diferentes países de la región. Uruguay se encuentra muy cercano a Brasil y Argentina, cuestión singular al ser un país algo más pequeño que España y  hallarse en un continente de países cuya vastedad territorial impide análisis comparativos con lo acostumbrado en Europa.

   En lo que arquitectura refiere, Montevideo no tiene el mismo esplendor que su vecina Buenos Aires, pero sí uno puede hacer un resumen de la segunda en la primera. Es interesante ver cómo cada cultura y cada país tiene un sentido de la estética bien propio. Por supuesto que no se puede hablar de esto en unas líneas, dado que el sentido estético es algo que arraiga en cuestiones puntuales de la cultura, de la visión y percepción social frente al mundo que se presenta ordenado en cada caso de una forma diferente.

   Una puerta abierta en una casa de Montevideo es un pasaje a otro mundo. Un mundo antiguo y sobrecargado donde la vista apenas puede posarse en un objeto colgante en la pared para pasar al próximo. Hablas de reformas de interiores en Madrid, Montevideo o Buenos Aires, cuando tienen lugares tan semejantes, es hablar de tres formas por completo diferentes de entender el hábitat interior.

   Es interesante, entonces, pensar cómo cada uno de nosotros representa una alegoría en las formas de organizar los espacios; cómo plasmamos nuestra personalidad, nuestros tiempos, nuestros gustos y formas de ver el paso del tiempo en los más mínimos detalles.

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